Temporada de huracanes (2017). El ciclón de Fernanda Melchor.


"Una oscuridad en la que ni siquiera existía el consuelo del resplandor de las llamas incandescentes del infierno; una oscuridad desolada y muerta, un vacío".
Un texto bruto, narrado por una pretendida -y muy bien construida- voz vulgar y soez, que, de la misma forma que una oscura leyenda que circula por vía oral, deja por escrito el testimonio de una violencia hiperbólica desatada en el pueblo de la Matosa, como rastro que sirva de ruta para dar con las víctimas de tales atrocidades. Aquellas que, a pesar de tener tantas cosas que decir, han sido silenciadas, "a pinches trompadas", sin tener la oportunidad que Marta Sanz les daba a los muertos en 'pequeñas mujeres rojas'.
Una novela que comienza a tomar los senderos del thriller pero que pronto termina derivando en un relato terrorífico y espeluznante por el realismo del mismo, no sólo en su tratamiento formal, sino en la fuente de la que se sirve para conformarse a sí mismo: la realidad. De nuevo, un texto que abre con el asesinato de una bruja y que en su intento por desvelar la verdad, acaba destapando a las gentes de la Matosa, sus comadreos, supersticiones, codicias y más profundos y avergonzantes secretos.
Una novela que sale del México rural y como un verdadero huracán destroza a su paso la tranquilidad de quien se atreva a acercarse a él para instalar el espanto y el horror de unas palabras irremediablemente indelebles.
Un verdadero ciclón.

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