Una vez más (2019). La trampa de la nostalgia.
En Una Vez Más Abril se enfrenta, a la vuelta a su Sevilla natal, a la engañosa trampa de la nostalgia y a los senderos inhabitados que parten de ella. Lodazales peligrosos y resbaladizos que, como espejos rotos y cóncavos, distorsionan el pasado y la realidad dando como resultado un oasis donde todo es más bien incierto y la culpa campa a sus anchas con ojos escrutadores e inquisidores. La duda está escondida en cada minuto de la película, cada gesto, palabra o mirada. Con una vida muy bien asentada en Londres, no reconoce su ciudad, ni a sus amigos, ni así misma; no distingue la Sevilla que tuvo que abandonar por la fuerte crisis que aún hoy todavía nos determina a los más jóvenes. Quizás donde no termine de encontrarse sea en la edad adulta, la encargada de haber transformado a todos y cada uno de los que un día conoció y esperaba volver a descubrir de la misma forma, como si el tiempo se hubiera congelado para esperarla, para retomar el recuerdo en pausa. Para volver a empezar.
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